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Escrito por
@TXEMA27

18/06/2007#N15986

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SUEÑOS

I

Javier deambulaba por la Gran Vía sin demasiado ánimo aquella noche. Era Sábado, un sábado de tedio desmesurado. Con sus manos en los bolsillos iba chocando con todo tipo de personas, la mayoría divertidas y con prisa. Ese no era el animo de Javier que había visto desvanecerse sus esperanzas con aquella chica por la que estaba tan loco. Quizás Javier solo pensaba en esa chica y no en las millones de chicas que había y que deambulaban como él por las calles de Madrid.
Sabemos mas que de sobra por la experiencia que es difícil salir de esos pensamientos nefastos y oscuros que nos encierran en nosotros mismos, trasformándonos en alguien mas de la masa que pasea por las calles de Madrid. Pero también sabemos por la experiencia que con el tiempo se sale. Pero Javier no lo sabia o no quería saberlo, aun en su corazón albergaba la esperanza de que ella le llamara aquella noche, para el tan oscura, y la llenara de colores vivos como el arco iris. Pero no iba a ser así y él lo sabia de sobra a pesar del anhelo que sentía.
Javier sentía muchas cosas mientras miraba al suelo lleno de vasos de burguer king y papeles de restaurantes que daban sus mejores ofertas para ir a cenar. sentía que le faltaba un trozo de corazón y pensaba que quizás apareciera alguien que se lo devolviera, pensaba en lo solo que estaba aquella noche y que quizás alguien le agarrara del hombro y le acompañara en su lento pasear, pensaba en lo mucho que se había esforzado y solo pensaba en que alguien necesitaba de nuevo su esfuerzo, pensaba en el dolor que sentía en el pecho y que le ahogaba en la garganta y le impedía tragar toda esa comida que a el tanto le gustaba.
De vez en cuando miraba hacia la calle con la vana esperanza de que ella viniera de frente corriendo hacia el, miraba al trafico con la confianza puesta en que quizás ella iba en aquel taxi que bajaba hacia Plaza de España y que ahora giraba a la derecha, miraba al cielo, como clamando un respiro a Dios con un suspiro lleno de emociones encontradas, miraba las paradas de autobuses esperando que en el próximo ella bajase radiante con su pelo moreno y le diera el mas largo y apasionado beso mientras se les caían las lagrimas que bañarían sus mejillas y sus cuellos.
Vanas esperanzas de Javier.
A ratos Javier pensaba que era mejor así, se animaba a el mismo a seguir hacia delante, a olvidar a esa chica y el dolor que le causaba, pero era difícil mantener ese pensamiento de modo continuo. En esos momentos levantaba la vista y veía a una chica y soñaba con que quizás esa seria su nueva novia y cerraba los ojos y se la imaginaba besándola, rodeándola con sus brazos, pecho contra pecho, piel con piel, corazón con...medio corazón. Volvía a entristecerle la idea de que aun le faltaba medio corazón. En esos momentos en los que mantenía los ojos cerrados tropezaba mas a menudo con la gente que bajaba calle abajo, pero no le importaba, el se seguía sintiendo como el mendigo que duerme a la puerta de un cine abandonado cerca de Callao.
- eh, Javier, tío, que haces por aquí, colega, ¿pero tu no te ibas a quedar en casa con el Kike Jugando a la play?-
-OH no!!!, es lo que me faltaba, el Rodrigo, pensó Javier- Rodrigo era uno de los amigos últimos que hizo, junto con Kike antes de salir con Marta. Era un poco bocazas pero no era mala gente, le encantaba criticar a la gente y sacar defectos a todo el mundo, un hombre impasible con las mujeres pero que no podía vivir sin tener una cerca. La amistad con ellos se había ido deteriorando con el tiempo, mas con Rodrigo que con Kike, pero es una de las cosas que tiene salir con una chica, que ocupa parte importante de tu tiempo, pero estando con ella ese tiempo esta muy bien aprovechado.
- Ojeé, colega, hacia que no te veía un huevo. Mira, te presento a mis amigos y a mi novia (este mamón descarado tiene novia, yo flipo-pensó Javier).
Después de las presentaciones se estuvieron poniendo un poco al DIA mientras la novia de Rodrigo le insistía que se diera prisa porque llegaban tarde. Rodrigo la increpo diciéndola que la dejara en paz que estaba hablando con un amigo. pero después rectifico y la pidió perdón (¿Rodrigo pidiendo perdón a una mujer?- Javier no podía creerlo, se había vuelto del revés). Rodrigo le comentó que iban a un concierto a la Sala Libertad en la calle libertad como su buen nombre indica, y que se fuera con ellos a ver a Marwan (así se llamaba el artista) que lo iba a pasar bien. Pero Javier se excuso diciendo que solo había salido a buscar a Marta (mentira) y que había quedado con ella en la puerta del Corte Inglés de Callao. Realmente Javier lo que quería es estar solo con sus pensamientos porque no hacia mas de una semana que lo habían dejado por teléfono mientras los dos lloraban a lagrima viva.
Javier recordaba que era una noche en la que el se sentía mal y solo buscaba consuelo, pero todo salió mal y acabaron discutiendo como tantas otras veces pero él sintió que esta era definitiva. Ya no servían las buenas palabras y las buenas intenciones a pesar de que la sabia que ella le seguía queriendo, pero Marta siempre fue así, un poco indecisa y siempre necesitaba pensar estas cosas. Ya a Javier no le servia nada, o eso es lo que quería pensar para animarse a buscar otra persona en la que poner sus esperanzas de futuro.
Marta también trabajaba mucho, pero tenia mas tiempo libre que Javier, pero las cosas empezaron a estropearse por la mala memoria de Javier, sus turnos de trabajo, su falta de puntualidad y bueno, su limpieza, su dejadez, sus descuidos. Javier tenia tantas cosas buenas como malas y para Marta pesaron mas las malas.
Javier siguió andando, animándose ante una corta minifalda y desanimándose al pensar lo bien que le quedaría a Marta algo así, seguía animándose al ver los escaparates y se desanimaba al ver esa pulsera de plata que quería comprar a Marta la semana pasada para pedirle que se fueran a vivir juntos. Porque Javier pensó que para solucionar sus problemas lo mejor seria que fueran a vivir juntos a un piso de alquiler.
De pronto, en un arrebato de locura incitada por un momento de cordura que a su vez fue incitado por un animo repentino al encender un cigarro salió corriendo desandando su camino, apartando a la gente en su carrera. Sonreía en su pequeña maratón y se decía a si mismo: He de vivir, he de vivir, ja ja ja ja. salió como una bala de Preciados y entro en Callao, bajo de nuevo la Gran vía en dirección a la Plaza de España, cruzo la calle con los coches zumbándole al lado mientras pitaban, siguió bajando y giro a la derecha y en 10 minutos se vio en el metro de noviciado. pensó: uff que locura de carrera, pero esta es mi noche, estoy seguro, esta es mi noche. Se encamino por la calle libertad hasta la Sala Libertad 8.
Entro por la puerta esperando, que como le había dicho Rodrigo, aquel tal Marwan fuera la caña y le animara a seguir para delante. Pago su consumición y entro en una pequeña sala abarrotada y tuve que quedarse de pie atrás de la sala, camuflado por la oscuridad con una copa de Brugal entre sus manos. Empezó el concierto entre gritos de guapo!, corazón!, quiero un hijo tuyo!, Ole di que sí, canción a mi padre! Y a Javier le sorprendió seguidores tan fieles, aunque se sorprendió que fueran mas las seguidoras. Marwan empezó muy gracioso, contando sus aventuras y desventuras por Madrid, sus amores o lo salido que andaba con esto de que fuera Abril y primavera. A Javier le mocionaban las canciones como nunca le había emocionado ninguna música, una simple voz, una simple guitarra y una letra que le punzaba el medio corazón que cada vez le latía con mas fuerza. En algún momento rompió a llorar sin que nadie le viera, o eso creyó. había merecido la pena la carrera que le llevó allí, había merecido entrar, había merecido la pena porque Javier ya no pensaba en Marta.
Acabado el concierto Javier salió el primero por a puerta mientras encendía un cigarro, pero el mechero no le funcionaba- mierda de piedra, pensó- y de pronto una llama se materializó delante de sus ojos, levanto la vista y vio una enorme sonrisa detrás de la llama.
- Gracias, dijo Javier entre cortado
- De nada, dijo una dulce voz aflautada y dulce como las cerezas maduras, -soy Estrella
- Hola, yo soy Javier, con una voz que le pareció mas la de un niño que la suya propia.
- ¿que tal? Te vi atrás en el concierto, llorando, ¿té a emocionado Marwan? es lo normal, a mí también me emociona, es tan majo y tan bueno...
- Cuéntame mas sobre Marwan
En aquel momento salía Rodrigo, y le saludo levantando su brazo y diciendo, eh, tío! pero desapareciendo entre la gente un segundo después. Javier volvió a fijar la vista en Estrella que lo miraba con sus ojos vidriosos. - Cuéntame mas de Marwan, por favor, dijo Javier, y se encaminaron hacia Gran vía buscando un sitio tranquilo para hablar de su más reciente descubrimiento. Hablaron durante horas y horas, no solo de Marwan, sino sobre ellos, sobre sus vidas, sobre sus amores y desamores, sus gustos... Hablaron de todo y Javier se olvido de todo, rió, pensó, fue gracioso y amable como hacia mucho que no era, brugal tras brugal encerrado por palabras suaves que invitaban a acercarse al otro interlocutor.
Pronto amanecería en Madrid, pero Javier no pensaba ya en oscuridades, no pensaba ya en Marta y que esta le llamaría a pesar de estar toda la noche esperando su llamada para que quedaran a hablar, ya no quedaba nada de eso, solo quedo un Javier sonriente que acompañaba del brazo a Estrella a su casa en Alonso Martínez. Al llegar a la puerta de casa de Estrella, Javier solo estaba deseando poder besarla, ella empezó a juguetear con las llaves y no había decisión.
-bueno....este es mi móvil por si quieres que quedemos a tomar algo
-toma, este es el mío, dame un toque porfa
-gracias, lo haré, Estrella.
Javier se dio la vuelta pensando que había acabado ese sueño y volviendo a su mirada la sombra que el pensamiento de Marta le imponía. Pero Estrella le llamo: - Javi, tengo algo para ti. Javier se detuvo sin volverse, pensando que seria aquello que tenia para él, pensó mil cosas, desde un beso hasta una pulserilla de recuerdo y fue lo primero. Javier volvió los tres pasos que había dado y se acerco a ella, la abrazo y sintió que de nuevo su corazón latía completo con su medio corazón y el medio de ella, retiro un poco la cabeza, apartó su rubio pelo mientras ella miraba hacia abajo, levanto suavemente la barbilla de Estrella y junto sus labios a los de aquel ángel que le había llovido del cielo una noche como aquella. Fue un beso largo, apasionado a veces, con fuerza mientras se apretaban mas, y otras fueron besos suaves en la boca, envueltos en mil sonrisas y mil mariposas y con millones de "te quiero", "me gustas" y "no te vayas".
pi pi pi pi pi pi pi pi pi pi pi pi
-Mierda, la alarma del móvil, joder!!! Mierda de Lunes, menos mal que hoy acaba ya Abril, cojones, que asco de todo, menudo sueño que he tenido, es lo único alegre desde hace mucho.
Javier había despertado de aquel sueño, aquel que le hizo sonreír mientras dormía, si Marta le hubiera visto, aquel que cuando despertó se desvaneció dejándole de nuevo con su amarga vida de trabajo sin amor, de amigos sin pasión y un hueco en el pecho, con su medio corazón


II

Estrella miraba el vaso medio lleno de té con limón, pensando que a veces la vida es eso, un vaso medio lleno que hay que llenar del todo. Ese vaso que se llena con esperanzas e ilusiones, con sueños, con trabajo, con amigos, con amor. Ella también pensaba que le faltaba por llenar el vaso. Hubo una época que no le importaba aquello, que el vaso estuviera lleno o vacío le daba igual. Se llenaba y se vaciaba gradualmente según metía y sacaba cosas, como un baúl, un baúl donde metía recuerdos y los sacaba. Ahora tenia un baúl mas grande que llenaba de cosas que habían pasado en su vida e iban pasando en cada momento.
Dio un traguito corto al té, para que no se acabara demasiado pronto, no quería desperdiciar el momento, estaba allí sentada aquella noche con Maria, con Lucia, con Esperanza y con Judith, hablando de lo humano y lo divino, hablando, como siempre de sus cosas, sus inquietudes con los chicos o sus problemas. Judith no hacia mucho que lo había dejado con Alberto pero se la veía tranquila, como si se hubiera quitado un peso de encima y siempre estaba que si patatín que si patatan, que si Alberto es, y aconsejando a las demás de lo que debían hacer. En el fondo siempre volvía con el, porque no podían estar separados el uno del otro, y muchas veces en la intimidad, Judith lloraba y reconocía que lo quería como nunca quiso a nadie. Maria estaba saliendo con un chico, pero siempre era de las que aconsejaba que mejor estar soltera que con un tío, que las amigas eran lo mas importante y que para qué amor teniendo amistad, pero siempre perdía el culo por ver a su Carlitos y dejaba a las amigas tiradas a la mas mínima. Lucia era la amiga que siempre estaba de juerga, con la que te reías un montón y lo pasabas genial haciendo el tonto, contando chistes o ligando con tíos, a pesar de que ella llevaba tantos años con el novio como cuernos le había puesto, pero ella era así, había que entenderla. Esperanza era la amiga mas fiel de Estrella, aunque se veían poco, pero siempre defendió el amor que David le tenia a Estrella. Ella tenia una maravillosa relación con un deportista y les iba muy bien, era de las que creía en el amor a ciegas, en el amor para toda la vida, en que hay gente que esta hecha para otra gente, y eso pensaba de Estrella y David.
Estrella a veces estaba confusa y salía a pasear con unas o con otras por las calles de Madrid, por los jardines que hay en la Avenida de América o por el Retiro, le gustaba a veces tanto Madrid que se olvidaba de que es una ciudad que nos come por dentro y nos pudre despojándonos los sentimientos humanos y de bondad. ¿Porque sino pensáis que a la mas mínima oportunidad los madrileños salen de la capital buscando la playa o los pueblos de sus abuelos? Para huir de esa podredumbre espiritual que los ataca. Así les pasa a los taxistas, que entre que no salen, que están siempre conduciendo con el trafico que hay y que van escuchando la COPE no hay dios que les aguante cuando se ponen a despotricar sobre los demás. A Estrella le encantaba pasear, conocerse Madrid, conocer rincones que nadie conocía, conocer lugares donde comer donde nadie comía, conocer gente que nadie quería conocer, así era Estrella.
Estrella era una chiquilla corpulenta, con unos kilos de mas, pero con una cara preciosa, una cara que cuando sonreía daba luz a los que la rodaban, con una risa que contagiaba a los demás a reír, de hecho daba risoterapia a sus compañeras del coro de la universidad y así, por un rato, conseguían ser todas muy felices. No sobresalía del resto salvo cuando la conocías, nadie se fijaba en ella en los bares si no fuera por como reía, gritaba, chillaba o se movía. Estrella era Estrella en su mundo de estrellas. Bondadosa por naturaleza a veces se liaba la manta a la cabeza y despotricaba sobre el mundo. Cuando algo le gustaba se entusiasmaba, y cuando algo no le gustaba lo odiaba a muerte, así de extrema era Estrella.
Poco a poco el refresco fue acabándose y las cinco amigas estaban mas animadas, podría ser una noche memorable solo para chicas, siempre contando que no aparecieran Alberto o Carlos, o cualquier otro de los novios o ex de alguna de ellas y les fastidiara el plan aquella noche. Estrella les hablo a todas de un artista que aquella noche tocaría en Libertad y que se llamaba Marwan. Persuadió a todas que ese chico movía mucha gente y que el 90% eran chicas así que no tendrían problema, seguro que sus chicos no aparecían por allí por nada del mundo. No les pareció mal plan siempre que después acabaran en Cats o en Huertas dándole al reggeton. Así que recogiendo sus abrigos y pagando sus consumiciones de aquel lugar que solo conocía Estrella y que había encontrado en una de sus expediciones.
Salieron a la Gran Vía llena de gente aquella noche de sábado. Mientras Maria hablaba animosamente con Lucia, Esperanza discutía con Judith para hacerla entender que Alberto era su chico ideal, si o si y que se dejara de pamplina y tonterías y le llamara aquella noche para quedar al día siguiente y hablar, que era el único modo de solucionar sus problemas. Mientras Estrella caminaba la primera mirando al frente, buscando con la mirada sonrisas que nadie le daba. En un día normal Estrella andaría de un lado para otro haciendo sonreír a la gente, gritando o cantando, o haciendo muecas con su carita de ángel. Pero hoy no, hoy iba mas seria que de costumbre. Pensaba en un chico con el que salio hace un tiempo, estaba ya de sobra olvidado pero a veces se le venia a la memoria las cosas dulces que el hacia por ella y se enternecía sin entender porque. Entonces forzaba el pensamiento como hizo muchas veces al principio y pensaba las cosas malas y amargas que paso con el, esas cosas que la forzaron a olvidarle y que provocaron la ruptura. Desde entonces no había sabido mucho mas de el ya que ella le pidió que por favor siguiera su camino y que no la volviera a llamar o a buscar, y el la obedeció, como siempre, aunque ella deseo muchas veces que la llamara o que viniera a buscarla heroicamente como un príncipe, como el príncipe que ella pensó que era el, el príncipe David. Pero los príncipes azules ya no existen, ya no existe el hombre perfecto y paso gradualmente en su mente de príncipe a príncipe de beckelar y después a sapo, justo al revés que el cuento.
- Eh, Estrellita, en que vas pensando, hoy estas rara- le pregunto Espe con el fin de animarla, ya se canso de discutir con Judith
- Nada, Espe, pensaba en David, en que quizás ande por aquí paseando con otra chica.
- Y te dije que ese era tu chico, pero tu no quisiste, no te martirices por eso, además piensa que si esta con otra esa seguro que es tonta, muy tonta, como dice Conchita y que tu vales mucho mas, alguna vez deberías llamarle, no se, ya ha pasado el tiempo, podríais quedar como amigos.
Estrella sabia que aquella amistad era imposible, o todo o nada, no podía verle solo como un amigo, no podía, demasiados recuerdos, demasiados cuidados, demasiados mimos, demasiadas cositas en la espalda, como ella decía a veces. Si fueran amigos le hubiera perdonado muchas de sus meteduras de pata y muchos de sus desplantes pero no eran amigos, nunca lo fueron, empezaron como pareja y al final todo acabo mal.
- Eh Estrella, mira, jajajajaja- Maria hacia el tonto con un chupachus y Estrella no pudo mas que reírse
- Estas mazo tonta, tía, jajajajaja (risa sonora típica de Estrella) venga, déjalo, y vamos a pasarlo bien, ya veréis como os gusta el Marwan.
Algo le decía a Estrella que aquella noche no era como las demás y un segundo se quedo mirando las estrellas, las pocas que se veían en el cielo de Madrid y a pesar de todo alcanzó a ver la cola de una estrella fugaz y pidió su deseo. Justo en ese momento tropezó con un chico que encorvado caminaba pesadamente en la otra dirección con la cabeza gacha y los ojos cerrados, y Estrella se lo quedo mirando un rato hasta que se perdió entre la gente.
Llegaron a Libertad y estaba bastante lleno aquella noche. Estrella tenia razón aquel tío movía masas de chicas y cinco mas iban a pasar desapercibidas. Llegaron hasta el fondo donde por suerte había sitio aun y se sentaron mientras se reían. Estrella les explicaba un poco quien era Marwan y que es lo que cantaba, donde debían poner atención y ese tipo de cosas. Estrella pensaba que aquel seria un gran concierto y ya no pensaba las cosas que había pensado en el camino, se concentraba en pasarlo bien y en disfrutar de aquel maravilloso cantautor en esa ultima noche de Abril.
El concierto comento entre gritos de viva! y guapo! y queremos un hijo tuyo! Estrella andaba emocionada con las canciones que conocía y hacia hincapié a sus amigas para que se fijaran en detalles de las letras. Ella reía a pulmón vivo cada vez que oía una gracia, y aplauda y silbaba como una posesa disfrutando cada momento. Pero al mirar hacia el fondo vio en la oscuridad una silueta que desde atrás de la sala lloraba tras cantar Maru Mi paracaídas, y desde ese momento no dejo de mirar a aquel chico regordete que se acurrucaba en los rincones para que no le vieran llorar. A ella le parecía muy tierno que un hombre llorara, como un bebe que no encuentra el abrazo de su madre.
Maru empezó a tocar una canción que a Estrella le encantaba y de todo corazón le salio un "Ole di que si, canción a mi padre!" todo el mundo estalló en una carcajada y Maru también rió y le dedico la canción. Pero Estrella seguía pendiente de aquel chico que huía de la luz para que no le vieran brillar las lagrimas. Estrella pensaba para si que a lo mejor conocer mas a fondo aquel chico le haría dejar de pensar a veces en David, a lo mejor, Esperanza no tenia razón y hay mas de un chico de nuestra vida. Acabado el concierto, Estrella se disculpo a sus amigas y les dijo que fueran hacia Huertas que ella se quedaría un poco más, tenia que ir al baño y quería saludar al artista.
- Bueno, tía pues luego nos das un toque, te vamos reservando un tío, eh, jejejeje
Estrella salio en pos de la sombra de un chico que veloz había cruzado la sala y se escabullía entre la multitud. Lo encontró a la entrada dando con fuerza a su mechero gastado de gas. Sin pensarlo se acerco, sacó su mechero y le ofreció fuego.
- Gracias, dijo el chico entre cortado
- De nada soy Estrella
- Hola, yo soy Javier, con una voz que parecía la de un niño asustado
- ¿Que tal? Te vi atrás en el concierto, llorando, ¿Te a emocionado Marwan? es lo normal, a mí también me emociona, es tan majo y tan bueno...
- Cuéntame mas sobre Marwan
En aquel momento salieron Maria, Lucia, Judith y Esperanza y las saludo diciendo: - Luego os llamo, y desaparecieron alegremente riendo por la calle Libertad hacia la zona de Huertas. Estrella volvió a fijar la vista en Javier que miraba a lo lejos, luego se volvió con los ojos vidriosos. - Cuéntame mas de Marwan, por favor, dijo Javier, y se encaminaron hacia Gran vía buscando un sitio tranquilo para hablar del mas reciente descubrimiento de Javier. Hablaron durante horas y horas, no solo de Marwan, sino sobre ellos, sobre sus vidas, sobre sus amores y desamores, sus gustos... Hablaron de todo y Estrella se olvido de todo, rió, pensó, fue graciosa y amable como siempre había sido, brugal tras brugal encerrado por palabras suaves que invitaban a acercarse al otro interlocutor.
Pronto amanecería en Madrid, pero Estrella no pensaba ya en oscuridades, no pensaba ya en David y que este ya no aparecería en su vida como ella había esperado en mas de una ocasión asomada a la ventana de su cuarto, ya no quedaba nada de eso, solo quedo una Estrella sonriente que era acompañada a su casa en Alonso Martínez por un chico llamado Javier que era el encanto personificado. Al llegar a la puerta de casa ella empezó a juguetear con sus llaves como esperando algo que finalizara aquella maravilloso noche, un beso tierno de despedida que la hiciera sentir viva, vibrante, que la abrazaran fuertemente para no sentirse sola y fría aquella mañana ya de Mayo.
-bueno....este es mi móvil por si quieres que quedemos a tomar algo
-toma, este es el mío, dame un toque porfa
-gracias, lo haré, Estrella.
Estrella vio alejarse incomprensiblemente a Javier, que volvió a agachar la cabeza como aquel primer momento que lo vio, como cuando pidió aquel deseo, y se dijo a si misma que no podía acabar así, que aquello era una putada para ambos así que lo llamó: - Javi, tengo algo para ti. Javier se detuvo sin volverse y Estrella no sabia lo que iba a hacer pero sabia que quería ese beso de amor, se lo había pedido a su estrella aquella noche. Javier volvió los tres pasos que había dado y se le acerco, la abrazo y Estrella sintió estremecerse su cuerpo en aquel abrazo de Javier que tanto deseaba, retiro un poco su cabeza, apartó su rubio pelo mientras ella miraba hacia abajo, le levanto suavemente la barbilla y junto sus labios a los de aquel chico llovido de la cola de una estrella fugaz una noche como aquella. Fue un beso largo, apasionado a veces, con fuerza mientras se apretaban mas, y otras fueron besos suaves en la boca, envueltos en mil sonrisas y mil mariposas y con millones de "te quiero", "me gustas" y "no te vayas".
tiritiritiririri, tiritiritiririri vamos hijo puta, levántate
- No, otra vez la alarma del móvil, y yo con este dolor de cabeza, menos mal que hoy es el ultimo día de clase y mañana es fiesta y este sueño me a alegrado, fue tan real. Voy a contárselo a Esperanza ahora mismo antes de que se me olvide algún detalle
Estrella había despertado de aquel maravilloso sueño y se lo iba contando a sus amigas y en su corazón albergaba la esperan la ilusión y la alegría de que alguna noche cruzara por su cielo, por su mundo de estrella esa estrella fugaz que era Javier, un desconocido en sueños que fue su esperanza desde entonces


III

Javier se levanto aquel lunes con tanta desgana como de costumbre a pesar del sueño tan maravilloso que había tenido. Fue tan real para él que se levantó con una erección. Pero fue meterse en la ducha y se tranquilizó. Aún así, apoyado en la pared de azulejos azules, pensaba en Marta. Y mientras el agua le caía por la espalda, las lágrimas le caían por las mejillas, saladas como sus relaciones, asfixiante como sus amores, acongojantes como sus descalabros más recientes.
Estrella se levantó contenta, antes si quiera de poner un pie fuera de la cama ya estaba hablando pon Esperanza por el móvil, contándole aquel maravilloso sueño. Ni ella misma podía creer lo que había vivido aquella noche. David estaba en la memoria, porque negarlo, pero a nadie amarga un dulce. Se sentía sonriente aquella mañana de Lunes antes de ir a clase.
Javier se afeitaba con total apatía frente del espejo y veía un deforme despojo de lo que un día fue, una caricatura mal hecha de lo que su alma vivía. No tardó mucho en quitarse la espuma de la cara, ponerse after shave y desodorante. Pesadamente recogió el baño y se encaminó a su cuarto. Allí estaba su camisa limpia, pero aun sin planchar, allí estaba su traje y su corbata. Decidió ponerse la camisa como estaba, no tenia ganas de nada. Se anudo la corbata y se puso el traje. Buscó entre una bola de ropa su maletín. Javier era un zombi aquella mañana cuando salió de casa, y arrastraba los pies por la acera.
Estrella cuando acabó de hablar con Esperanza se lanzó veloz de la cama y se fue directa a la ducha mientras canturreaba una canción de Marwan. Cuando estaba en la ducha pensaba que hoy sería maravilloso, concierto de Marwan y Lucas, que se lo iba a pasar en grande. Acabó la ducha, se secó y se perfumó. Se vistió con su vaquero recién descolgado, su camiseta y su jersey. Hizo la cama y recogió el pijama, la ropa sucia la metió en un cestito, copio su bolso-mochila negro y salió de la habitación con una sonrisa, saludando a todo el mundo y dispuesta a comerse un desayuno para coger toda la fuerza que iba a necesitar.
Javier iba pensando en el coche camino del trabajo y era un camino largo. Pensaba en muchas ocasiones lo apático que fue con Marta no mostrándole lo que sentía y pensaba. No podía quitársela de la cabeza, era imposible porque cuando el pensaba en ser positivo, tener éxito y ser feliz todo terminaba dependiendo de que estuviera Marta compartiendo esa felicidad ¿Hasta que punto era Marta importante para Javier? Él no lo sabia, sólo pensaba en no estar solo, en no perderla, pero aún así la había perdido.
Estrella cogió el metro para llegar a la universidad y aparecieron esas sonrisas dentro del vagón lleno de desgana, seriedad y sueño. Estrella soñaba en divertirse aquel día, en encontrar emociones y cosas que la sorprendieran, en aprender mas sobre los demás y sobre si misma. A Estrella no le gustaba demasiado estar sola, así que corrió desde el metro a su facultad donde la esperaba María con los brazos abiertos y con la que se fundió en un abrazo. Apresuradamente le contó el sueño y María no podía parar de reírse y ambas se encaminaron al interior de la facultad a carcajadas.
No sabía porqué él era así. Le habían insistido miles de veces en el cambio, pero nadie le dijo en que debía cambiar, es mas, , él no veía la necesidad o donde había que cambiar. Pero Marta por fin le hizo verlo, le hizo ver muchas cosas, le hizo, con la ruptura, ver donde tenia que aplicar el cambio, donde estaban sus puntos flacos, tenia que cambiar su actitud negativa, organizarse y expresarse a los demás. Él siempre espero que la ruptura fuera un farol para provocarle a cambiar y que tarde o temprano volverían a planear un futuro juntos. Pero Javier esa mañana había tenido la sensación de que no había esperanzas. En su mente pasaron mil ideas y mil maneras de olvidarla y ninguna era la buena para él: otra chica, ¡no! porque la compararía con Marta y no le gustaría ninguna; dedicarse a salir y beber tampoco le valía, una discoteca no tenia sentido sin ella. Ella lo fue todo para el durante tres años, Javier no sabía vivir sin Marta.
Estrella pasó la mañana entre las clases. Cuando le gustaba se aplicaba muchísimo y se divertía encantada de estar allí. Cuando se aburría simplemente sonreía soñando en las mil y una cosas que haría en la vida, en los niños que cuidaría, en sus mofletitos y en su graciosa manera de hablar. Se le caía la baba soñando. La última clase de ese lunes fue así, de sueños de futuro. Alguien le tocaba la espalda y soñó ese futuro con David. después de un rato se dio cuenta y girando la cabeza vio a Maria diciéndole cosquillas en el cuello y riendo. Estrella solo miró hacia arriba, abrió un poco la boca y dijo: sigue.
Javier pasó la mañana entre bancos, clientes y aburridísimas cuentas, pero con la satisfacción del trabajo bien hecho. Le encantaba tratar con la gente, era buen comercial, se le daba bien, y esto le hacia conseguir olvidar la oscuridad que rodeaba su vida desde que sacó el ultimo trasto de la casa de Marta. Pero una vez acabada la mañana iba a comer solo al bar de la esquina y volvía a hacerse un ovillo alrededor del plato de comida.
Estrella comió aquel día con María en un bar cercano a la universidad, comieron ricas raciones junto con otros compañeros. Estaban todos especialmente felices y no pararon las risas, las fotos y mas de una tontería. Desde luego la vida del estudiante es la mejor, sin preocupaciones, sin demasiadas necesidades a pesar del agobio de trabajos y exámenes. Estrella siempre pensó que aquel grupo era lo mejor que le había pasado nunca, aunque se equivocara: grandes amigos, cariños, risas, días inolvidables. Y pensó otra vez en David y todas esas cosas buenas que él la daba. Pero también pensó en Javier, el chico del sueño, aquel que ella soñaba que se lo iba a dar todo cuando lo encontrara y estaba convencida en su corazón que tarde o temprano lo encontraría.
Javier pasaba una tediosa tarde en la oficina sin saber que hacer, con todo el trabajo casi hecho no pensaba en nada, sólo en el cuadro que tenía en frente, un cuadro lleno de colorido, de un campo de trigo teñido de rojo por las amapolas, como un manto de sangre sobre una alfombra amarilla, y tintado de azules y blancos de los cielos y verdes de los árboles diseminados por la basta extensión de terreno. Se le vino a la mente la imagen de una estrella. Estrella, esa misteriosa chica que nunca llegaría a conocer y que se desvaneció de su pensamiento cuando llegó la mañana. Se le estremeció el cuerpo al notar como, incomprensiblemente, el corazón le latía con más fuerza aunque él de verdad supiera y pensara que sólo tenía medio corazón. Javier caía en el tedio justo cuando entró una cliente con su niña pequeña. Javier salto como un resorte automático mostrando su mejor sonrisa como si estuviera dispuesto a quitarle el puesto al mismísimo jefe de la empresa.
Estrella estaba tan excitada que no podía pensar en dormir aquella tarde la siesta, le dolía un poco la cabeza y a pesar de no gustarle los medicamentos se vio obligada a tomarse una Aspirina buscando algo de alivio. Recordaba aquella vez que se encontraba enferma y David le dijo que tomara un medicamento que sabia horrible para ponerse mejor y se puso peor de lo que estaba, ¡Por Dios , que asco! Cogió su portátil y se conectó a Internet para mirar cosas y hablar con la gente. Era de las pocas cosas que la solía entretener por la tarde si no tenía a nadie con quien quedar o hablar. David siempre estaba conectado pero nunca hablaban y no le faltaban ganas de decirle un hola como te va, pero no se atrevía. Se tiró la mayor parte de la tarde escuchando música y hablando con Alberto, un amigo del Chat, y se le pasó el tiempo volando hasta la hora de ir a ver a Marwan.
Javier miraba internet impasible en la ya última hora de trabajo. Se le ocurrió buscar Marwan en la Web, recordaba el nombre del sueño y para su sorpresa ahí estaba, con su pelo rizado y su "gran perfil". Devoró ávidamente la pagina, los foros, las noticias, los conciertos... Aquella noche tocaba en Libertad a las 9:30 y una estrella se le iluminó en la mente al recordar el sueño, se le puso una sonrisa y tomó una decisión que se le desmoronó en breve.
Estrella ya se había duchado cuando Judith la dio un toque al móvil, sus amigas la esperaban abajo en el portal para salir a cenar algo y al concierto de Marwan. Eran las 7 y media y estaba emocionadísima, preparándose con sus mejores galas: una falda marrón con vuelo, su camisa negra y un jersey del H&M. Se peinó con un recogido en la parte de arriba de la cabeza que le hacia caer el pelo moreno, ligeramente ondulado sobre el cuello y también le dejaban caer unos bucles hacia la frente de modo muy gracioso. Bajó a la calle y cogieron el metro en Alonso Martínez y se dirigieron a Gran Vía. Estaban impacientes, sonriendo a cada bobada de María.
Javier iba con el coche pensando que debería haberse dejado llevar por su medio corazón y haber marchado hacia Libertad para ver el concierto, pero no se pudo resistir a la llamada de su otro medio corazón. Había cogido la autovia de Extremadura confiando, soñando, esperando ver a Marta aquella noche y poder pedirla perdón. Aún así pensaba en que a lo mejor Estrella estaría en aquel concierto, pero le cegaba su obsesión por conseguir estar con Marta, no veía que lo que realmente le convenía era cambiar, cambiar él, cambiar su vida, cambiar sus sueños y encontrar a una chica mejor, Estrella. Pero la iba a perder por perseguir un sueño que nunca tubo.
Estrella estaba en la puerta de Libertad esperando a entrar a la sala, eran las nueve y media y aun no habían pasado. Cuando por fin se abrió la cortina y entraron a tropel buscando el mejor sitio. Estrella ya no estaba atenta a sus amigas, sólo miraba de una lado al otro buscando un sueño, pero ni entre la gente que pasaba ni en los rincones él estaba, ni siquiera en a oscuridad del fondo se escondía la sombra de Javier. Marwan empezó a las 10 con "Palabra por palabra".
Javier conducía ansioso en pos de Marta, su medio corazón se animaba y animaba a sus pies acelerando más y más el coche que iba en sus temblorosas manos. Ya no se acordaba de Estrella, ya su mente solo soñaba con Marta, sueños irreales, no como el que tubo la otra noche. Javier corría con la mirada perdida en el infinito, en las luces del fondo cuando en el dial daban las 10. Empezaron a caer unas gotas en el parabrisas que nublaron la vista de Javier y ya Marta le parecía difuminada o incluso furiosa. ¿por qué hice esta locura? Yo no quería, se decía Javier. Marta ya no le pareció tan buena opción. Algo se cruzó en la carretera, un conejito que saltaba y se quedó mirando fijamente los focos del coche de Javier.
Estrella sintió una punzada en el corazón justo cuando Marwan cantaba "Mi paracaídas". Miró a todos lados buscando las lagrimas de Javier con las suyas pero no las encontró. Otra punzada. De repente empezó a sentirse mal, francamente mal y se dejó caer al suelo con las manos pegadas al pecho como no queriendo dejar escapar al corazón. No podía respirar y se le nublaba la vista. Con los ojos muy abiertos pudo ver las caras de sus amigas, asustadas, dejó de oír la música y vio aparecer a Marwan que incesante pedía que llamaran a una ambulancia. Marwan le preguntó como se llamaba y ella dijo que Estrella. Parecía que se le paraba el corazón y ella pedía que llamaran a David ( siempre había estado ahí en los momentos difíciles) y a sus padres.
Javier yacía atrapado en un amasijo de hierros retorcidos en la cuneta, con el coche volcado y él con medio cuerpo fuera. Hacía enormes esfuerzos por respirar, algo le había atravesado. Hacia esfuerzos por mantener su vida traspasada por la inevitable desgracia. Debido a la velocidad y la lluvia el volantazo para evitar a aquel animal fue fatal, saliéndose el coche por la cuneta y dando tres vueltas de campana. Javier ahora miraba al infinito, al cielo, al universo, a las estrellas que asomaban entre las nubes, mientras la lluvia golpeaba su cara, como el incesante tic-tac de un reloj. Le pareció que se detenía el tiempo y no pudo dejar de pensar en Estrella, la estaba viendo, allí arriba, sonriente e impasible. Él sonrió y pestañeó a cámara lenta. Abrió la boca, le faltaba el aire, y empezó a ver luces rojas, azules y amarillas. Volvió a pestañear. Dio una bocanada de aire al cielo y vio por última vez a Estrella. Cerró los ojos.
La ambulancia había llegado a Libertad y Estrella no podía respirar, algo la oprimía el pecho como si le hubieran clavado una daga. No podía y miraba a todos lados esperando a David, a su príncipe salvador, pero no llegaba. Veía el rostro de un desconocido Javier en todo el mundo. David no llegaba a salvarla. Y cada vez respiraba con más dificultad. Se le empezó a parar el tiempo, a ver movimientos lentos, pestañeos lentos, voces profundamente lentas. En las manos le faltaban ya las fuerzas. Volvió a pestañear. Se diluían ante ella las esperanzas de una vida maravillosa. Volvió a pestañear. Se le abrieron las manos ya inertes que cayeron a ambos lados de la camilla. Cerro los ojos y escapó volando su corazón.
TITITI TITITI TITITI TITITI
Javier despertó sudando y asustado, pero enseguida notó l contacto de una mano asustada que agarraba la suya con fuerza...


CONTINUA.............LA PROXIMA SEMANA

 

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